Cuento: La higuera

Todos los años los frutales daban sus jugosos frutos recibiendo loanzas y alagos de los hombres, pero una higuera no poseía tal fortuna de recibir alabanzas, no daba fruto.
La envidia que causaba en la higuera el  hecho de que sus vecinos frutales fueran alagados era notable, hasta que un día la cosa cambio. La higuera empezó a dar frutos, y con ello los muchachos se subían a sus ramas para degustar tan maravilloso fruto. La falta de cuidado de los jóvenes provoco que las ramas de la higuera se desquebrajaran y que sus fuerzas se desvaneciesen.

Moraleja: también a muchos hombres, la ambición y la envidia los pierde.

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